Dos santos peregrinos en Carretas

Son muchos los santos que han peregrinado a la tumba del Apóstol Santiago a lo largo de los siglos. Recientemente han sido entregadas al Cabildo dos reliquias de peregrinos santos, una de san Juan XXIII y otra de san Amaro Ronconi. Han sido entregadas con la correspondiente ‘patente’ por los obispos de Bérgamo y Rimini, patria chica de cada uno de los dos santos. Dichas reliquias han sido colocadas, por acuerdo del Cabildo, en un hermoso relicario en la capilla del Centro Internacional de Peregrinaciones de Carretas.

SAN AMARO RONCONI. Nació en Saludecio en la diócesis de Rímini (Italia). Al llegar a la juventud decidió abandonar la familia y se fue al monte Orciale donde construyó una casa de acogida para  pobres y peregrinos, que dedicó a la Natividad de María Virgen. Para mantener esta obra, donó a escondidas la venta de sus tierras y lo que recibía de su trabajo como jornalero de otros agricultores.

Acompañaba largos trechos de camino a los peregrinos que iban a Santiago para librarles de los peligros. El mismo hizo cuatro peregrinaciones a Compostela, después de lo cual donó, a los benedictinos de San Julián y de San Gregorio de Conca di Rimini, todas sus propiedades y el hospital que había fundado. Fue Terciario franciscano. A él se atribuyen muchos milagros en el Camino de Santiago. Falleció en torno al año de 1292.

El Papa Francisco lo elevó a los altares más de 700 años después de su muerte, el 23 de noviembre de 2014, gracias a un milagro que comprobó su santidad en 1949 y que demuestra que la Comunión de los Santos permanece en el tiempo sin importar el paso de los siglos. Su fiesta se celebra el 8 de mayo.

SAN JUAN XXIII (1881-1963)

Angelo Giuseppe Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, diócesis y provincia de Bérgamo, el cuarto de trece hermanos. Con catorce años, empezó a redactar unos apuntes espirituales que le acompañaron, de una u otra forma, a lo largo de su vida, y que fueron recogidos en Diario de un alma, que podemos leer con gran provecho. En esta obra describe su peregrinación a nuestra ciudad. Fue Papa entre 1958 y 1963. Peregrinó a Santiago el 22 de julio de1954.

Fue el ‘Papa bueno’ amado por todo el mundo. Trazó un estilo nuevo y decidido por los caminos de la evangelización, del ecumenismo, del diálogo con todos, teniendo la preocupación paternal de llegar a sus hermanos e hijos más afligidos.

Murió la tarde del 3 de junio de 1963, al día siguiente de Pentecostés, en profundo espíritu de abandono en Jesús, deseando su abrazo, rodeado por la oración unánime de todo el mundo, que parecía haberse reunido en torno a él, para respirar con él el amor del Padre.

La canonización de Juan XXIII se efectuó conjuntamente con la de Juan Pablo II el día 27 de abril de 2014. Su fiesta se celebra el día 11 de octubre.

Encontrarse en la meta del Camino, con el testimonio de estos dos peregrinos, es como mostrarnos la experiencia de la trascendencia hecha carne de nuestra carne en la búsqueda incesante que va inherente a la condición de cada hombre y mujer de todos los tiempos.

Segundo L. Pérez López, Deán de la Catedral de Santiago