El Papa elige a cuatro ‘Misioneros de la Misericordia’ para la Catedral de Santiago

En el marco del Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco ha querido instaurar la figura del Misionero de la Misericordia. Estos Misioneros han sido invitados por los obispos diocesanos a acudir a sus respectivas diócesis, con el fin de animar las misiones populares o iniciativas específicas relacionadas con el Jubileo, haciendo especial referencia a la celebración del Sacramento de la Reconciliación. El Santo Padre, de hecho, les otorga la autoridad para perdonar también los pecados reservados a la Sede Apostólica (profanación de las especies eucarísticas, violencia física contra el Sumo Pontífice, absolución del cómplice en pecado contra el Sexto Mandamiento, violación directa del sigilo sacramental por parte del confesor), para que se haga evidente la amplitud de su mandato. 

El Papa señaló también su deseo de que estos confesores sean ‘accesibles, amables, compasivos y atentos especialmente a las difíciles situaciones de las personas particulares’.

En este sentido, y dado el carácter especial y de meta de peregrinación de la Catedral de Santiago, el papa ha nombrado un total de cuatro misioneros de la misericordia para la basílica compostelana. Son coordinados por el canónigo penitenciario, Don Juan Filgueiras. A ellos se suman otros tres para el resto de la diócesis de Santiago. Históricamente, la Catedral de Santiago es considerada como un templo del perdón (así lo atestigua la tradición de abrir la Puerta Santa o Puerta del Perdón) y la peregrinación jacobea como un elemento de remisión, perdón y reconciliación.

Los cuatro misioneros de la Misericordia adscritos a la Catedral de Santiago son D. Juan Filgueiras, Canónigo Penitenciario, D. Juan Carlos Angulo Caram, Legionario de Cristo, José Luis Casado Moreno, de la prelatura del Opus Dei, y Francisco García Fraile, Salesiano. A ellos se suman, para el resto de la Diócesis, D. Alfonso Mera Nogueiras, D. David Mohedano Mira y D. José Luis Ramos Souto.

Todos ellos fueron enviados simbólicamente por el propio Papa el pasado Miércoles de Ceniza, con el inicio de la Cuaresma, junto con otros 800 sacerdotes de todo el mundo.