Presentación de la restauración del Pórtico de la Gloria

José María Arias Mosquera, Presidente de la Fundación Barrié, y el Arzobispo de Santiago y Presidente de la Fundación Catedral, Julián Barrio y Barrio, han presentado hoy, 28 de junio de 2018, la culminación del proyecto de conservación y restauración del Pórtico de la Gloria y su entorno, enmarcado en el Programa Catedral de Santiago.

El Programa Catedral de Santiago ha sido promovido por la Fundación Catedral y la Fundación Barrié en colaboración con la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia y el Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura y Deporte.

La restauración del Pórtico de la Gloria ha sido posible gracias al mecenazgo de la Fundación Barrié. De los más de 400 millones de euros que la Fundación ha destinado a Galicia desde 1966, el 36% corresponde a programas de Patrimonio y Cultura y de esta cantidad, solamente 11 millones de euros han sido destinados a proyectos de conservación, puesta en valor y restauración en la Catedral de Santiago de los cuales más de 6 millones han sido destinados al Programa Catedral sin contar la inversión en el programa de difusión y concienciación sobre la importancia de preservar nuestro patrimonio, un programa que ha contado con cerca de 1 millón de usuarios en España y en el extranjero.

La Fundación Barrié reafirma así su histórico y sólido compromiso con el Patrimonio de Galicia, tanto material como inmaterial, desarrollando y apoyando iniciativas encaminadas a su puesta en valor y conservación. El proyecto de conservación y restauración del Pórtico de la Gloria y su entorno, englobado en el Programa Catedral de Santiago, se suma a proyectos tan relevantes como la catalogación arqueológica y artística de Galicia; la recuperación del coro pétreo del Maestro Mateo; la reproducción en madera de los instrumentos del Pórtico o la publicación de los Cancioneros.

Esta ambiciosa intervención, precedida por un exhaustivo estudio previo que ha puesto en evidencia el dramático deterioro del Pórtico de la Gloria acelerado en los últimos diez-quince años según se ha podido comprobar por el material fotográfico existente y la urgencia de la intervención sobre esta obra culmen del románico europeo, ha permitido estabilizar el conjunto y preservar la policromía que todavía se conserva de un riesgo inminente de pérdida definitiva, conservándola para futuras generaciones.

Un proyecto de investigación y multidisciplinar basado en el rigor y la excelencia

Desde su inicio se ha puesto especial énfasis en la investigación y la transversalidad, contando con especialistas de todos los campos y poniendo en práctica las cartas de protocolo de los organismos internacionales como ICOMOS, ICCROM, ICOM que velan por la excelencia y las buenas prácticas en las intervenciones.

También ha supuesto una oportunidad de excepción para profundizar en el conocimiento de esta obra y del arte románico en general, así como en los procesos de deterioro que afectan a los conjuntos de piedra policromada, poniendo a punto criterios de intervención y metodologías de trabajo que una vez sistematizados podrán servir de modelo para otras actuaciones.

El proceso de restauración se ha desarrollado en varias fases, iniciándose en el año 2009 los estudios y diagnóstico que permitieron la redacción de una propuesta de intervención. En 2015 se completó el montaje del andamio para poder acceder a todos los relieves del nártex, abordando la intervención directa sobre los materiales.

Desde su inicio el proyecto ha apostado por la investigación y su duración en el tiempo ha permitido atraer a numerosos especialistas nacionales e internacionales de todas las disciplinas, que han aportado su experiencia para profundizar en el conocimiento de diversos aspectos como las diferentes etapas constructivas, las transformaciones del espacio, su uso, significación, programa iconográfico, los materiales empleados para la talla, las técnicas decorativas utilizadas para el policromado y la adaptación de su estética a través de los siglos.

Policromías

Durante la fase de intervención se ha confirmado la existencia de tres policromados al óleo que cambiaron la imagen del Pórtico. Una primera policromía con decoración medieval de la que se conservan bastantes vestigios como se puede apreciar en el ángel que porta la columna o los que portan la cruz y que conservan por completo la primera policromía (azul lapislázuli) pero que se ha identificado gracias al exhaustivo estudio realizado “in situ” en cada escultura mediante microscopía estereoscópica contrastado en los laboratorios del Instituto del Patrimonio Cultural de España con análisis estratigráficos, cromatografía de gases, espectroscopía infrarroja, espectroscopía Raman, difracción y fluorescencia de rayos X, entre otras técnicas utilizadas. Se han podido identificar la cuidada técnica y los ricos pigmentos empleados para su ejecución: albayalde, lapislázuli, bermellón, pigmentos de tierras, pigmento-laca roja, resinato de cobre, cardenillo, negro carbón vegetal y negro de huesos siempre aglutinados con aceite de lino. Emplearon láminas metálicas de oro puro y de manera puntual plata. Las decoraciones de las vestiduras son fundamentalmente a base de medias lunas, formas polilobuladas, cuadrados y círculos, utilizando la técnica del estampillado sin relieve. Un apartado destacable son las encarnaciones, ya que en gran medida aportan una información muy descriptiva respecto a la elaboración de la policromía de las figuras humanas, pues el color logrado es el que le da vida y expresión a las mismas. Las encarnaciones de la primera policromía están aplicadas en capas muy finas, compuestas principalmente por albayalde, carbonato cálcico y bermellón, y de modo general el color que se aprecia es un rosado muy claro.

La segunda policromía se dataría en el siglo XVI coincidiendo con las modificaciones primeras de la portada exterior y momento de importantes obras en el templo.

La utilización del color es diferente en este caso; los azules son azuritas en algunos casos muy alteradas en la actualidad; para los rojos, utilizan bermellón y laca roja de cochinilla; para los verdes, verde de cobre y para los blancos pigmentos de plomo. Las encarnaciones son de color más intenso que en la primera policromía.

Si bien los materiales utilizados no fueron tan exclusivos, la singularidad más destacable de esta segunda intervención es la decoración de mantos y túnicas con brocados aplicados, técnica de origen flamenco que consiste en imitar en relieve los ricos tejidos bordados con oro de la época. Se conservan en la actualidad en mayor porcentaje en los mantos y túnicas de los profetas y apóstoles.

Las figuras del apóstol Santiago del Parteluz y el Pantocrátor probablemente también tuvieron decoración con brocados en los mantos, pero no se conservan restos.

La tercera policromía es la que se encuentra más visible en la actualidad. Se realizaría en el siglo XVII. La paleta cromática utilizada es muy similar a la renacentista. Destacando una mayor presencia de la lámina de oro, aportando un carácter barroquizante al pórtico.

Crispín de Evelino policromó los rostros, manos y pies en 1651, dejando constancia en un documento conservado en el archivo de la Catedral, único documento que se conserva sobre las policromías del Pórtico.

A partir de este momento aparecen policromados parciales realizados con una intención reparadora en las zonas más degradadas, así como veladuras en las figuras y encalados blancos o coloreados en la arquitectura del nártex que se aplicarían a partir del siglo XIX.

Un episodio de gran interés es la realización del vaciado en yeso para el Victoria and Albert Museum de Londres en 1866. Gracias a un convenio de colaboración con la Fundación Barrié y al proyecto europeo ARCHLAB3 se han podido relacionar ambas obras, pudiendo identificar los materiales empleados para el trabajo y su posible relación con algunos procesos de deterioro. El hallazgo de un cuchillo con restos de escayola y una caja de cerillas datada en el último cuarto del siglo XIX depositada en una junta del tímpano son pruebas inequívocas de este momento.

Técnicas de nueva generación

El Pórtico estaba en una situación crítica con constantes desprendimientos de material y afectado por complejos mecanismos físico químicos de degradación de materiales. Además, los productos que se habían aplicado en las últimas intervenciones, muy poco compatibles con el monumento agravaban aún más esta situación.

Se han empleado un amplio rango de productos y sistemas de nueva generación para la conservación de las policromías, granitos, mármoles y morteros.

Igualmente se ha testado una amplia gama de productos para la limpieza, fijación y consolidación de los materiales, sometiéndolos a ciclos de envejecimiento en cámaras de ensayos con condiciones similares al Pórtico.

La metodología de trabajo ha permitido poner a punto un protocolo de evaluación del riesgo y la eficacia de cada tratamiento y realizar un continuo seguimiento de su comportamiento durante el desarrollo de los trabajos. Este protocolo ha generado un proyecto de investigación del Plan Nacional de Investigación en Conservación y se presentará al Comité Europeo de Normalización.

Los criterios de intervención han sido muy conservadores, manteniendo todos los restos de color conservados y retirando únicamente los depósitos nocivos acumulados sobre la superficie y que puedan afectar a la estabilidad de los materiales históricos, como es el caso de la suciedad, las sales, los restos de naturaleza biológica, los morteros de cemento y los productos consolidantes acrílicos poco compatibles con la superficie original. No ha sido necesario reconstruir las faltas en la policromía dada la unidad estética lograda con los tratamientos de limpieza y estabilización aplicados, poniendo especial énfasis en el sellado de fisuras y juntas integradas cromáticamente con el soporte pétreo.

También para la documentación se ha recurrido a las últimas tecnologías, empleando técnicas fotogramétricas de alta resolución, escaneado 3D así como bases de datos para la gestión del ingente volumen de imágenes y textos acumulados durante estos años. Todos los datos se almacenan en la aplicación Sandstone, implementado por la Fundación Catedral Santa María de Vitoria y creada por Integrated Conservation Resources (ICR) bajo el patrocinio de la World Monuments Fund e incorporada al proyecto gracias a un convenio específico entre estas entidades, la Fundación Catedral y la Fundación Barrié.

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