Como cada 21 de abril se conmemora el aniversario de la solemne consagración de la catedral de Santiago; en este año, se cumplen ya 806 de la fecha que sirve como referencia para dar por concluidas las obras de construcción de la catedral medieval y, por extensión, marcar el final del proyecto desarrollado por el Maestro Mateo y su taller a lo largo de casi cincuenta años.
Desde el pasado mes de noviembre y hasta el próximo 24 de abril, se celebra en el Museo Nacional del Prado una exposición irrepetible, centrada en la figura y obra del Maestro Mateo y en el proyecto que, bajo su dirección, se acometió para rematar la construcción de la catedral. Este, que supuso un periodo de particular esplendor artístico en Compostela, se llevó a cabo, aproximadamente, entre los años 1168 en el cual el rey Fernando II concedió a Mateo una generosa pensión vitalicia por la dirección de las obras en la catedral- y 1211, en que tuvo lugar la referida ceremonia de consagración, presidida por el Arzobispo Pedro Muñiz, en presencia de Alfonso IX y su corte.
La exposición, organizada por el propio Museo Nacional del Prado, la Real Academia Galega de Belas Artes y la Fundación Catedral de Santiago, ha reunido, de forma excepcional una serie de piezas separadas desde hace casi quinientos años incluyendo algunas inéditas-; y, a través de ellas, el visitante ha podido realizar un recorrido por los principales hitos del proyecto mateano: la llegada de Mateo; el cerramiento occidental del templo, con el Pórtico de la Gloria y su fachada exterior; el coro pétreo y la transformación espacial de la catedral de cara a su consagración.
Durante el período de exposición, han visitado el Museo Nacional del Prado más de un millón cien mil personas, evidenciando el cumplimiento de uno de los principales objetivos del proyecto, dar a conocer al gran público internacional una figura clave en la historia de la catedral de Santiago y del arte gallego. Pero, además, Mateo, con su presencia en el Prado junto a los grandes maestros de la historia del arte universal, ha obtenido su reconocimiento como uno más entre ellos; sus obras han tenido ocasión de dialogar con pinturas y esculturas de otras épocas, formatos y materiales, mostrando la influencia que conceptos introducidos por Mateo tuvieron en otros artistas posteriores.
El Maestro Mateo ha sido, también, el mejor embajador de Galicia y del arte gallego, que por vez primera ha sido objeto de una monográfica en la principal institución museística española, anticipando al público, una pequeña parte de lo mucho que nuestro patrimonio cultural ofrece a turistas y visitantes.
No se quedó corto Miguel Falomir, actual Director del Museo Nacional del Prado, cuando afirmó en el mes de febrero de 2016 en plenos preparativos de esta exposición, la primera dedicada a la escultura medieval en dicho museo- que ‘el Maestro Mateo es el escultor más grande que ha habido en España’.
Pronto, las piezas regresarán a sus lugares de origen y una buena parte de ellas, podrán contemplarse, junto a otras, en el espacio monográfico del Museo Catedral de Santiago dedicado al Maestro Mateo; anticipo del Pórtico de la Gloria que, a finales de este año, concluirá su restauración, patrocinada por la Fundación Barrié.
Gracias a todos los que, con su participación, han hecho realidad el sueño de llevar a Mateo al Museo Nacional del Prado.