Bienvenidos al Pórtico de la Gloria

El Cabildo compostelano y la Fundación Catedral le dan la bienvenida a su Museo y desean que disfrute de la experiencia de conocer la historia de la catedral a través de sus colecciones artísticas. Con la adquisición de esta entrada está usted colaborando en la conservación, estudio y difusión del patrimonio cultural de la catedral de Santiago.

El Palacio de Gelmírez

Nos encontramos en el Palacio de Gelmírez, uno de los más destacados edificios medievales de carácter civil que han llegado a nuestros días y que debe su nombre al primero de los arzobispos de Compostela, Diego Gelmírez…

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Nos encontramos en el Palacio de Gelmírez, uno de los más destacados edificios medievales de carácter civil que han llegado a nuestros días y que debe su nombre al primero de los arzobispos de Compostela, Diego Gelmírez, un personaje fundamental para la historia de la catedral y la tradición jacobea, que vivió en los últimos años del siglo XI y la primera mitad del XII y que impulsó su construcción. No obstante, los espacios del edificio que recorreremos apenas conservan restos de la construcción primigenia y son fruto de diversas reformas realizadas, principalmente, en el gótico y en el barroco.

Desde el Palacio de Gelmírez, hoy una de las sedes del Museo Catedral, nos acercaremos a la obra del Maestro Mateo, el más importante artista de la catedral, a través de un espacio monográfico habilitado en algunas de sus salas y accederemos al Pórtico de la Gloria, obra cumbre del arte medieval europeo. Esta audioguía interactiva en su dispositivo móvil orientará su recorrido y le irá ofreciendo contenidos e imágenes sobre los distintos capítulos del proyecto del Maestro Mateo en la catedral, en especial, sobre los aspectos más importantes del Pórtico de la Gloria.

A tener en cuenta

Por motivos de seguridad y conservación, el aforo del Pórtico de la Gloria es limitado y, también, el tiempo máximo de estancia en el mismo. Le rogamos que compruebe en su entrada la hora prevista para el acceso al Pórtico y que atienda las indicaciones del personal del Museo y los paneles informativos.

No olvide conectar sus auriculares y, si no dispone de ellos, solicite las unidades disponibles en el área de recepción del Museo.

Empezamos…

¿Qué te interesa ver?

Espacio Maestro Mateo​
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El Pórtico de la Gloria

Espacio Maestro Mateo

¿Por dónde empezamos?

El Maestro Mateo

A pesar de su relevancia artística y de su especial significado para la catedral de Santiago y para el arte de Galicia, la figura del Maestro Mateo, su origen, procedencia y formación siguen siendo aspectos, en buena medida, desconocidos…

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A pesar de su relevancia artística y de su especial significado para la catedral de Santiago y para el arte de Galicia, la figura del Maestro Mateo, su origen, procedencia y formación siguen siendo aspectos, en buena medida, desconocidos.

Únicamente se conservan dos referencias directas contemporáneas del Maestro Mateo, la primera de ellas, fechada el 23 de febrero de 1168, sirve para señalar su presencia en la catedral, y tiene forma de privilegio, firmado por el rey Fernando II, concediéndole una pensión vitalicia por la dirección de las obras en la catedral.

La segunda referencia figura en la inscripción conmemorativa de la colocación de los dinteles sobre los que se asienta el tímpano central del Pórtico de la Gloria. En el epígrafe se hace constar que fueron colocados el 1 de abril de 1188 por el Maestro Mateo, que se encargó de la dirección de las obras “desde los cimientos”

El proyecto del Maestro Mateo en la catedral

Aproximadamente, entre los años 1168 y 1211, el Maestro Mateo dirigió un ambicioso proyecto en la catedral de Santiago de Compostela, -cuya construcción se había iniciado hacia el año 1075 por su extremo oriental-…

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Aproximadamente, entre los años 1168 y 1211, el Maestro Mateo dirigió un ambicioso proyecto en la catedral de Santiago de Compostela, -cuya construcción se había iniciado hacia el año 1075 por su extremo oriental-, que incluyó la conclusión de las obras y su adecuación espacial para los usos ceremoniales de un templo que, al mismo tiempo, era santuario apostólico, meta de peregrinación, sede episcopal y catedral de referencia de la monarquía galaico-leonesa, la cual apoyó decididamente el proyecto.

El papel del Maestro Mateo en el proyecto de la catedral se ha visto, a lo largo de la historia, de diferente manera, unas veces como arquitecto, otras como escultor o como ambos. Hoy en día hay coincidencia entre los expertos, en señalarlo como un gran artista al frente de un importante taller que, bajo sus órdenes, llevo a cabo un proyecto capital para la catedral.

El proyecto del Maestro Mateo se inició por la conclusión de los últimos tramos de las naves y la tribuna, continuó por la construcción de la cripta y del Pórtico de la Gloria, abierto al exterior por una monumental fachada; siguió por el coro pétreo policromado que, completando el discurso del Pórtico, se situó en la nave central y, por fin, se culminó con otras actuaciones al exterior y al interior del templo, entre ellas, con la colocación sobre el altar mayor de una imagen sedente de Santiago el Mayor que se convirtió en punto de referencia para fieles y peregrinos.

La fachada exterior del Pórtico de la Gloria

El conjunto del Pórtico de la Gloria se completaba con una fachada que se abría al exterior, a la actual plaza del Obradoiro, a través de un gran arco central que repetía las medidas del tímpano del pórtico que, de este modo, podría verse desde fuera, pero protegido por el espacio del nártex, tras la citada portada…

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El conjunto del Pórtico de la Gloria se completaba con una fachada que se abría al exterior, a la actual plaza del Obradoiro, a través de un gran arco central que repetía las medidas del tímpano del pórtico que, de este modo, podría verse desde fuera, pero protegido por el espacio del nártex, tras la citada portada.

La fachada del Maestro Mateo sufrió una primera modificación, en los años 1520-1521, por la decisión del Cabildo de colocar puertas al exterior que cerrasen la catedral, que hasta entonces permanecía siempre abierta.

Posteriormente, entre 1738 y 1750, se llevó a cabo la fachada barroca que sustituyó a la mateana.

En el Museo Catedral se exponen importantes restos recuperados de la desaparecida fachada del Maestro Mateo. Por un lado, elementos arquitectónicos procedentes de la misma, caso de varios fragmentos del gran arco central, entre ellos, su clave con ángeles astróforos; uno de los rosetones que bañaban de luz el interior de la catedral o una pareja de dovelas con la representación del castigo de los lujuriosos que se correspondería con la puerta del lado sur de la fachada.

Así mismo, se ha recuperado parte de su conjunto escultórico, que completaba el discurso iconográfico del Pórtico de la Gloria. Algunas piezas se conservan, hoy en día, en otros lugares; y cuatro de ellas se exponen en este espacio: las imágenes de los reyes David y Salomón, una magnífica cabeza barbada y una estatua-columna que despliega una gran cartela y que, probablemente, se corresponde con la representación de uno de los profetas menores.

A partir de todos estos materiales y del estudio estructural del conjunto, se han propuesto diversas hipótesis acerca de la apariencia de la fachada, de la colocación de sus elementos y de los personajes representados en su portada.

El coro pétreo del Maestro Mateo

El proyecto del Maestro Mateo también incluyó la construcción de un coro pétreo policromado, que ocupaba los primeros tramos de la nave. A principios del siglo XVII fue destruido y sustituido por un nuevo coro de madera, que a su vez, también fue retirado a mediados del siglo XX…

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El proyecto del Maestro Mateo también incluyó la construcción de un coro pétreo policromado, que ocupaba los primeros tramos de la nave. A principios del siglo XVII fue destruido y sustituido por un nuevo coro de madera, que a su vez, también fue retirado a mediados del siglo XX.

Del coro pétreo del Maestro Mateo también se han ido recuperando importantes elementos, que se conservan, principalmente, en el Museo Catedral, en donde se expone una reconstrucción hipotética parcial, así como otras piezas que dan muestra de la grandeza del que fue descrito, poco después de su destrucción, como “el más bello coro antiguo que había en España”.

Solo los canónigos de la catedral podrían acceder al interior del coro y, por ese motivo, el programa iconográfico desarrollado en sus relieves, principalmente localizados en la crestería que remataba la sillería, era complejo y estaba destinado exclusivamente a ellos. Por su parte, el programa de sus muros exteriores y de la fachada del trascoro, centrado en la Jerusalén celeste que describe el Apocalipsis, continuaba y complementaba el discurso del Pórtico de la Gloria.

El Pórtico de la Gloria como espacio sacro

Con la construcción del Pórtico de la Gloria, el Maestro Mateo culminó el cerramiento occidental de la catedral románica y, al mismo tiempo, creó un espacio sacro, con personalidad propia, dentro de la basílica jacobea, organizado en tres niveles en altura…

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Con la construcción del Pórtico de la Gloria, el Maestro Mateo culminó el cerramiento occidental de la catedral románica y, al mismo tiempo, creó un espacio sacro, con personalidad propia, dentro de la basílica jacobea, organizado en tres niveles en altura.

El nivel inferior es la Cripta, en la que se representa el mundo terrenal y, por tanto, necesitado de los astros para iluminarse, lo que explica los ángeles que portan, respectivamente, el sol y la luna, que aparecen en las claves de las bóvedas de la Cripta y que, se repetían, en el gran arco central de la fachada exterior.

En el nártex se desarrolla la parte principal del programa iconográfico del Pórtico de la Gloria, de contenido apocalíptico y salvífico. Por un lado, tenemos la triple arcada, en donde se describen, a través de esculturas y relieves, siguiendo las Sagradas Escrituras, la Antigua y la Nueva Alianza, en los arcos laterales; y la Gloria, tras la segunda venida de Cristo, en el arco central.

Esta triple arcada, se completa con la contrafachada, donde se continúa desarrollando el programa, como si de un escenario se tratase, en el que se está representando, en piedra policromada, un drama litúrgico según modelos habituales de la época, principalmente, el Ordo Prophetarum, cuyo texto ayuda a identificar a muchos de los personajes esculpidos. El espacio sacro tenia, así mismo, su prolongación al exterior a través de una fachada en la que se sucedían los protagonistas y que, al mismo tiempo, iluminaba, con gran sentido escenográfico, el interior, haciendo ver que las imágenes tomaban vida en determinados momentos.

Por fin, en la tribuna, se completa, según el relato del Apocalipsis, con el Cordero de Dios, adorado por ángeles con incensarios, un relieve que permanecía constantemente iluminado, tal y como indica San Juan en la descripción de la Jerusalén Celeste, cuya “luz es el Cordero”.

El Pórtico de la Gloria es, por tanto, mucho más que un acceso al interior de la catedral; se trata de un espacio singular en el que el fiel tenía una experiencia espiritual y en el que, además, tendrían lugar representaciones y ceremonias solemnes en ocasiones señaladas.

El Pórtico de la Gloria

¿Por dónde empezamos?

Los basamentos y el primer orden de columnas

En el Pórtico de la Gloria, el Maestro Mateo modificó el modulo arquitectónico utilizado en el resto de la catedral románica, algo que se hace evidente desde los mismos basamentos del conjunto. En ellos, inserta, entre el plinto…

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En el Pórtico de la Gloria, el Maestro Mateo modificó el modulo arquitectónico utilizado en el resto de la catedral románica, algo que se hace evidente desde los mismos basamentos del conjunto. En ellos, inserta, entre el plinto y las basas, un cuerpo intermedio poblado de animales reales y fantásticos, extraídos del bestiario medieval. La interpretación más habitual es que simbolizarían los aspectos negativos del mundo terrenal, oprimidos bajo la Gloria de Dios.

Entre todos los personajes representados, llama la atención el del parteluz, donde aparece una figura barbada, montada a horcajadas sobre dos leones, a los que sujeta y abre las fauces con sus manos. Un modelo que, simplificado, se repite en los basamentos de los extremos del Pórtico.

Esta escena, situada en un lugar destacado, sirviendo de apoyo al gran pilar sobre el que se asienta el tímpano central y en el que, en sentido ascendente, se desarrolla un programa centrado en la genealogía humana y divina de Cristo, ha tenido diversas interpretaciones: Sansón, Adán e incluso Gilgamesh. Es probable, sin embargo, que tenga que ver con la historia descrita en el Libro de Daniel y, en este caso, con el pasaje del foso de los leones.

Con el episodio de las cuatro bestias del mismo libro estarían relacionados el resto de escenas; salvo la del pilar derecho del arco central donde se representaría el castigo al rey Nabucodonosor de Babilonia.

Sobre los basamentos se inicia el ascenso a la Gloria a través de un primer cuerpo de columnas, todas lisas y de granito, salvo tres de ellas –además de la del parteluz-, que tienen relieves labrados en mármol. Las dos situadas en primer lugar de cada lateral, presentan decoración en helicoidal que sigue la organización de las arcadas, a la izquierda con temática relacionada con la Antigua Alianza y la de la derecha, con el Juicio Final. Por su parte, la tercera, situada en el pilar derecho del arco de la izquierda, presenta características diferentes, con diversas figuras entre abundante ramaje y vegetación.

El Santo dos Croques

Por el nombre de Santo dos croques –cabezadas o coscorrones, en gallego-, se conoce popularmente la imagen arrodillada, de rizados cabellos, que se encuentra situada en el reverso de la base de la columna…

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Por el nombre de Santo dos croques –cabezadas o coscorrones, en gallego-, se conoce popularmente la imagen arrodillada, de rizados cabellos, que se encuentra situada en el reverso de la base de la columna del parteluz del Pórtico de la Gloria, mirando hacia el altar y ofreciendo al apóstol Santiago su obra maestra.

Lleva su mano derecha al pecho y, en la izquierda, despliega una larga cartela, hoy borrada, en la cual podría leerse la palabra “architectus”, que se completaría con el “fec(it)” que todavía se ve en un lateral del basamento.

La tradición y diversos estudios coinciden en señalar que esta figura se correspondería con el autorretrato, idealizado, del Maestro Mateo, representado como paradigma del “artista intelectual”. Ello supone un hecho excepcional en su época y demuestra la especial consideración que tuvo el Maestro Mateo, cuya imagen acabaría llegando a ser venerada como Santo dos croques.

Era costumbre de compostelanos y visitantes, y de ahí su nombre, aproximar su cabeza a la del Santo dos croques para que este transmitiera su sabiduría, un rito que ha tenido que ser suprimido por motivos de conservación.

El Parteluz

Sirviendo de asiento a los dinteles del tímpano central del Pórtico, en un lugar de especial protagonismo dentro del conjunto, se encuentra el parteluz, formado por un gran bloque granítico del que emerge un haz de estilizadas columnas…

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Sirviendo de asiento a los dinteles del tímpano central del Pórtico, en un lugar de especial protagonismo dentro del conjunto, se encuentra el parteluz, formado por un gran bloque granítico del que emerge un haz de estilizadas columnas.

El fuste de la columna central es de mármol y en ella se representa, en relieve, la genealogía humana de Cristo, desde Jesé, que es el personaje que aparece tumbado en la parte inferior, de cuyo pecho parten las ramas del árbol, hasta la Virgen María, que remata la parte superior.

Inmediatamente a continuación se representa, en el capitel de la Trinidad, la naturaleza divina de Cristo, representado como el Niño que, sentado en el regazo de su Padre, a su vez entronizado, bendice con una mano y lleva el Libro de la Ley en la otra.

Especial protagonismo, por su ubicación en la parte superior del parteluz, sobre el citado capitel, adquiere la figura del apóstol Santiago, sentado sobre un trono, con el báculo en tau, y una gran cartela en la que se hacía alusión a la misión apostólica de Santiago el Mayor en estas tierras. Con esta imagen, el Maestro Mateo refuerza el carácter intercesor del apóstol, que recibe al fiel a las puertas de su catedral y le ayudará a alcanzar la Gloria en premio a su peregrinación. Además, introduce, con esta pieza, un modelo iconográfico que tendrá gran desarrollo posterior y que, poco tiempo después, el propio Mateo repetirá en la imagen sedente que preside, desde 1211, el altar mayor de la catedral.

El conjunto del parteluz se remata con un gran capitel en el que, con especial sentido narrativo, de izquierda a derecha, se representan los intentos infructuosos del demonio por tentar a Cristo, cuya imagen triunfal se erige, inmediatamente a continuación, presidiendo el gran tímpano.

Las estatuas-columna

El cambio en el modelo arquitectónico del Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria, le permitió el uso de dos órdenes de columnas y, en el superior, la incorporación de una nueva aportación artística con la utilización de las estatuas-columna, desconocidas hasta entonces en el arte hispánico…

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El cambio en el modelo arquitectónico del Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria, le permitió el uso de dos órdenes de columnas y, en el superior, la incorporación de una nueva aportación artística con la utilización de las estatuas-columna, desconocidas hasta entonces en el arte hispánico.

Ello permitió al Maestro Mateo ampliar los personajes representados y el discurso iconográfico, al tiempo que definir el sentido escenográfico del Pórtico de la Gloria, a través de los diálogos, gestos y miradas que se establecen entre las figuras, de un naturalismo absolutamente inédito en la Galicia de la época.

Parece claro, siguiendo la propia organización de las arcadas del Pórtico de la Gloria, que en el lado de la izquierda se representarían figuras del Antiguo testamento, y en el derecho, del Nuevo, secuencia que se prolongaría hasta los extremos de la contrafachada. No obstante, al haberse perdido el contenido de las cartelas que portan la mayor parte de las figuras y no contar, además, con atributos definitorios, resulta complejo afirmar tajantemente una identidad para cada una de ellas, salvo en ejemplos concretos.

Es el caso de las imágenes situadas en los pilares laterales del arco central, donde aparecen, en el lado izquierdo, Moisés, Isaías, Daniel, con su legendaria sonrisa; y Jeremías, identificados por sus cartelas y que se acompañan, además, del texto que porta un ángel situado en la mocheta: “Los profetas predicaron que el Salvador nacería de la Virgen María”.

Por su parte, en el pilar del lado derecho, en clara correspondencia con las imágenes enfrentadas, se encuentran los apóstoles Pedro, Pablo, Santiago, que aparece por segunda vez en el Pórtico; y Juan; acompañados de un ángel en la mocheta portando la inscripción: “Estos son los triunfadores, fueron hechos amigos de Dios”.

Para el resto de estatuas-columna, situadas en los pilares de los arcos laterales, hay varias identificaciones posibles, pudiendo tratarse, en el lado izquierdo, de los profetas Habacuc, Ezequiel, Malaquías y Oseas. Por su parte, en el lado derecho, la secuencia de apóstoles continuaría con Andrés, Santiago Alfeo, Felipe y Tomás.

El arco de la izquierda

En el arco de la izquierda se ha conservado menos policromía que en otras zonas del Pórtico, a pesar de que, estructuralmente, se encuentra en mejores condiciones de conservación que el de la derecha. Ello es debido, como se ha podido comprobar en la restauración del conjunto, a una retirada intencionada…

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En el arco de la izquierda se ha conservado menos policromía que en otras zonas del Pórtico, a pesar de que, estructuralmente, se encuentra en mejores condiciones de conservación que el de la derecha. Ello es debido, como se ha podido comprobar en la restauración del conjunto, a una retirada intencionada.

La interpretación de las dos arquivoltas que componen el arco, completadas por un perfil superior con decoración vegetal, ha dado lugar a diversas hipótesis, siempre relacionadas con el Pueblo de Israel y, por tanto, con el Antiguo Testamento y el devenir del pueblo elegido con anterioridad al nacimiento de Jesús.

En la arquivolta superior, una serie de figuras se encuentran aprisionadas por un ancho bocel que recorre la parte central de la pieza, representando, posiblemente, a los patriarcas de las tribus de Israel, sujetas a la ley de Moisés.

Por su parte, en la arquivolta inferior, el Maestro Mateo recupera un tema propio del arte bizantino, extraído de uno de los evangelios apócrifos, la anástasis, esto es, el descenso de Cristo, antes de su resurrección, al limbo, para salvar a los justos, que, con forma de niños, van siendo coronados y ayudados por ángeles en su paso a la Gloria, representada en el arco central.

El arco de la derecha

El arco de la derecha se organiza en dos arquivoltas, con un perfil superior, en este caso, poblado de figuras de ángeles que se adaptan a la forma y dimensiones del mismo…

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El arco de la derecha se organiza en dos arquivoltas, con un perfil superior, en este caso, poblado de figuras de ángeles que se adaptan a la forma y dimensiones del mismo.

En ambas arquivoltas se representa el Juicio Final, con las cabezas de Cristo, en la superior; y San Miguel, en la inferior, ocupando sus claves y separando, al mismo tiempo, por medio de las cartelas que despliegan, en sentido ascendente, con sus manos, a los bienaventurados de los condenados, que aparecen representados a ambos lados del arco.

De este modo, a la izquierda podemos ver una sucesión de niños que, en grupos, son llevados por ángeles hacia la Gloria del arco central. Son los bienaventurados que, según el relato apocalíptico, heredarán el Reino de Dios y cantarán un cántico nuevo ante Él.

Mientras, al otro lado, demonios de rostros monstruosos se afanan en castigar a los condenados por sus pecados, escenas que se reproducen con gran crudeza y un evidente sentido moralizante y ejemplarizante que, sin duda, causarían gran impacto al espectador medieval.

El arco central y el tímpano

El programa iconográfico desarrollado, por el Maestro Mateo, en el Pórtico de la Gloria, tiene su culminación en el gran arco central y en su tímpano, presidido por la imagen de Cristo en Majestad, triunfador sobre la muerte y redentor de los hombres…

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El programa iconográfico desarrollado, por el Maestro Mateo, en el Pórtico de la Gloria, tiene su culminación en el gran arco central y en su tímpano, presidido por la imagen de Cristo en Majestad, triunfador sobre la muerte y redentor de los hombres. La imagen tiene, por el uso de las perspectiva jerárquica, un tamaño considerablemente superior al resto. Se halla sobre un trono, que se asienta, a cada lado, sobre dos leones; muestra las heridas ocasionadas durante su martirio y está acompañado, siguiendo el relato del Apocalipsis, por los cuatro evangelistas y sus símbolos respectivos.

En la parte inferior del tímpano se observa la inscripción de sus dinteles, en la que se hace constar que fueron colocados el 1 de abril de 1188 por el Maestro Mateo, que dirigió las obras “desde los cimientos”. Sobre los dinteles, se encuentra la procesión de los Arma Christi, en la cual, con un gran sentido ceremonial, siguiendo la liturgia propia de la catedral compostelana, se representa a una serie de ángeles portando los instrumentos utilizados en la Pasión de Cristo.

El resto del tímpano está ocupado, a ambos lados, por figuras de niños coronados que mantienen una actitud de oración. Se trata, también siguiendo el relato apocalíptico, de las imágenes de los Justos y los Bienaventurados que, con la ayuda de ángeles, han llegado a la Gloria desde los arcos laterales del Pórtico de la Gloria.

Por último, en la arquivolta, los veinticuatro ancianos que describe San Juan en el Apocalipsis, se preparan para interpretar su música celestial con los instrumentos que están terminando de afinar. Además del simbolismo que encierran estas imágenes y sus instrumentos, destaca la cuidada exactitud con la que están representados, que ha permitido, a través reproducciones e investigaciones, la recuperación de la música de la época del Pórtico de la Gloria.

La contrafachada

El Pórtico de la Gloria es una hierotopía, un espacio sacro con personalidad propia y, originalmente, tenía unos usos determinados y específicos que condicionaban su programa iconográfico, sus accesos, comunicación con el resto del templo, etc…

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El Pórtico de la Gloria es una hierotopía, un espacio sacro con personalidad propia y, originalmente, tenía unos usos determinados y específicos que condicionaban su programa iconográfico, sus accesos, comunicación con el resto del templo, etc.

En la contrafachada se sigue la misma estructura que en el propio Pórtico, ayudando, de este modo, a la configuración de ese espacio sacro. Se vio alterada, primero, con la reforma de la portada hacia 1520 y, posteriormente, a mediados del siglo XVIII, con la sustitución de la fachada mateana por la nueva del Obradoiro, pero, sin embargo, sigue manteniendo una especial relación, en miradas, gestos y actitudes, con la escena principal, que se desarrolla frente a ella y, en particular, con el tímpano central.

En las estatuas-columna de sus extremos, se continúa la secuencia de los pilares del Pórtico, a la derecha con la probable representación del profeta Balaam y, a la izquierda, con Judas Tadeo. El resto de personajes se corresponderían, con un sentido precursor de la escena principal del tímpano, con la procesión de los profetas del Ordo Prophetarum, drama litúrgico medieval que adquirió especial difusión en las catedrales de la época. Entre ellos estarían, de izquierda a derecha, el poeta Virgilio, Juan el Bautista, la Reina de Saba y la Sibila Eritrea.

Sobre las citadas estatuas columna, en el arranque de los arcos, una sucesión de ángeles y serafines, que se diferencian de aquellos por tener tres pares de alas en vez de uno, portan largas cartelas, hoy borradas, y muestran una actitud de adoración hacia la imagen de Cristo en Majestad que preside el tímpano situado frente a ellos.

La restauración del Pórtico de la Gloria

Entre los años 2008 y 2018, el Pórtico de la Gloria se sometió a una profunda y compleja restauración que contó con el mecenazgo de la Fundación Barrié y que estuvo dirigida por la Fundación Catedral y el Instituto del Patrimonio Cultural de España…

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Entre los años 2008 y 2018, el Pórtico de la Gloria se sometió a una profunda y compleja restauración que contó con el mecenazgo de la Fundación Barrié y que estuvo dirigida por la Fundación Catedral y el Instituto del Patrimonio Cultural de España.

Tras una fase de estudios previos sobre el estado de conservación y causas del deterioro de la obra, se procedió a las intervenciones sobre el conjunto, centradas, principalmente, en dos aspectos: corregir las filtraciones de humedad y los problemas de condensación en el Pórtico de la Gloria y, en segundo lugar, recuperar la policromía que se conservaba bajo el polvo y la suciedad. De este modo, se ha salvado una obra cumbre del arte medieval, que ha recuperado parte de su esplendor.

Como resultado de la restauración, se han podido reconstruir virtualmente las tres capas completas que se aplicaron en la obra, la original, en tiempos del Maestro Mateo; la segunda en las primeras décadas del siglo XVI y la tercera a principios del siglo XVII. Junto a ellas, también se aprecian otras intervenciones parciales, como la realizada en las encarnaciones por el pintor Crispín de Evelino en 1651.

Todas estas capas están presentes en la actual visión del Pórtico de la Gloria, que ofrece una panorámica inédita en la que, a modo de caleidoscopio, se muestran vestigios de las transformaciones que vivió el Pórtico a lo largo de la historia a través de la policromía.

Quién es quién en el Pórtico de la Gloria

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Créditos
  • Promueve: Fundación Catedral de Santiago
  • Dirección y contenidos: Ramón Yzquierdo Peiró
  • Fotografías: Archivo fotográfico de la Fundación Catedral de Santiago
  • Diseño: Sotronic Innovation Technology S.L.
  • Música: Resonet – Música Antiga. (Dirección: Fernando Reyes)

Prohibida la reproducción parcial o total de los contenidos e imágenes sin la autorización de la Fundación Catedral de Santiago. Todos los derechos reservados.

La restauración del Pórtico de la Gloria ha sido posible gracias al mecenazgo de la Fundación Barrié

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