El Archivo de la Catedral de Santiago organiza una exposición con documentos de su archivo musical

Desde esta semana, la Biblioteca Capitular de la Catedral de Santiago acoge una nueva exposición organizada por el Archivo-Biblioteca, centrada, en esta ocasión, en su extenso archivo musical. Se trata de una serie de documentación relacionada con las Capilla de Música del templo jacobeo, su estructura y su producción.

El origen de la tradición musical de la catedral se puede vincular al Códice Calixtino, gracias al cual se conoce que ya en el siglo XII la catedral se incluía en las corrientes musicales europeas y contaba con un grupo coral de niños que irían conformando una primera institución musical, administrada por el chantre. A este coro, con el tiempo, se irían incorporando instrumentistas o ministriles, así como dos organistas, dirigidos todos por el Maestro de Capilla, para el cual tenemos las primeras referencias escritas en el año 1525.

Desde el S. XVI se organiza ya con cantores, músicos y organistas, que accederán a su plaza por oposición hasta mediados del siglo XX, cuando, tras el Concilio Vaticano II, el nombramiento de este tipo de cargos lo establece cada Cabildo.

Además del chantre, encargado del buen funcionamiento del culto catedralicio, el canónigo fabriquero, también se veía implicado en la mejora de la Capilla de Música. Tal es el caso del conocido canónigo fabriquero Francisco de Vega y Verdugo, quien diseña y dispone la elaboración del facistol que se expone en la sala.

En las vitrinas de la Biblioteca Capitular se expone la documentación generada en el proceso de oposición a la plaza, así como edictos de vacantes para anunciar las plazas o las pruebas para el examen. La exposición muestra también partituras de composiciones realizadas por algunos de los maestros de capilla de la catedral, como los reconocidos José de Vaquedano (siglo XVII-XVIII), Melchor López (siglo XVIII-XIX), Ramón Palacio (siglo XIX) o, más recientemente, Nemesio García Carril, que ocupó el cargo entre 1968 y 1980.

Destaca por su vistosidad el libro de coro de 1752 donado por el canónigo y chantre Andrés de Gondar.

La exposición puede verse como parte del recorrido de visitas del Museo.