Las obras de restauración que actualmente se desarrollan en el cuerpo central de la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago encaran su última fase; de hecho comienza a desvelarse la parte alta de la peineta. En efecto, se ha procedido a desmontar el tramo más elevado de andamiaje, lo que permite poder ver el resultado de la intervención en su remate, que se corresponde con el templete que lo corona, así como el pináculo, bola y cruz. Estos trabajos de recuperación han permitido devolverle su aspecto original al templete, de manera que se han eliminado los rellenos y tapiados que en alguna intervención anterior se habían añadido; distorsionando su arquitectura leve y abierta que se transformó en un macizo disonante en el conjunto de la fachada. De esta manera se ha devuelto su aspecto original en consonancia con la sensación de ligereza, transparencia y movimiento del monumento, liberando los vanos que habían sido cegados.
Los trabajos también incluyeron el desmontaje del remate superior (cruz, bola, pináculo), el estudio estructural de su estabilidad, la limpieza y saneamiento de paramentos, la reconstrucción de piezas rotas o muy dañadas, la reposición del vástago de hierro que cose el pináculo, la restauración de la bola de cobre y la cruz de hierro de remate, el montaje del pináculo, sustituyendo las piezas inservibles, y la colocación de las piezas de remate.
Las obras se realizan al amparo del Convenio suscrito entre la Xunta de Galicia y la Fundación Catedral, con fondos que aporta el Gobierno de España, con proyecto y dirección facultativa que asume la Fundación Catedral y la supervisión de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia. La ejecución de las mismas corre a cargo de la empresa Pecsa.