Durante la Cuaresma y la próxima Semana Santa, en las naves de la catedral, se volverán a colocar los 14 relieves que conforman el Via Crucis, de finales del siglo XIX. Para ello se han instalado unos soportes, sobre los que van apoyados, de manera que, una vez terminado el tiempo cuaresmal, pueden retirarse fácilmente. Hasta 2020 estuvieron colgados en los paramentos, en diferentes espacios de las naves. Con motivo de las obras de restauración en el interior de la catedral fueron retirados. Ahora, tras un proceso de limpieza y restauración, quedan colocados en los nuevos soportes, de manera que se mejora su visión, y permite un mejor transporte.
Una reciente investigación del director técnico del Museo de la Catedral, Ramón Yzquierdo Peiró, ha confirmado que estas piezas son una donación del catedrático de la Universidad de Santiago José María Fernández Sánchez, dato ya publicado (referencia recogida por Ramón Yzquierdo Perrín, en “Intervenciones en la catedral de Santiago de Compostela desde 1875: de López Ferreiro a Chamoso Lamas”, en 2004), pero que ahora se justifica con la aparición del acta capitular que así lo corrobora.
El Via Crucis está formado por catorce relieves realizados en hierro patinado, procedentes de la famosa fundición francesa de Val d’Osne, factoría que en la época surtió de este tipo de piezas y de otro mobiliario y elementos decorativos de hierro y bronce a muchas ciudades y templos de todo el mundo.
En la misma acta capitular se indica también que, una vez recibida la donación, fueron colocados en el espacio situado entre el trascoro y las puertas del Obradoiro, incluyendo el Pórtico de la Gloria, tal y como se puede ver en algunas fotografías de la época. En ese ámbito se encontraba el altar de la Virgen de la Soledad, así como un calvario de época gótica, y, además, ahí se montaba el Monumento de Semana Santa. De esta forma, toda esa zona de la catedral quedaba asociada a la temática propia del tiempo cuaresmal. Una vez retirado el coro, a mediado del siglo XX, fueron reubicados a lo largo de las naves laterales y crucero.
El Via Crucis es un rezo propio del tiempo cuaresmal, en el que se recuerdan las diferentes escenas relacionadas con la pasión de Jesucristo, en concreto desde el prendimiento hasta su entierro, tras la muerte en la cruz. Para apoyar el rezo se recorren las 14 escenas, llamadas estaciones, cada una de ellas representada en cada relieve. En la catedral se realiza cada viernes de cuaresma, después de la misa de las 19:30 h, recorriendo las naves del templo.
Toda la información sobre la recuperación de este conjunto puede consultarse en el último número de Galicia histórica, la publicación mensual del Archivo-Biblioteca de la Catedral de Santiago.