Las obras de restauración del cimborrio de la Catedral se encuentran en una fase muy avanzada, lo que permite reconocer ya sus primeros resultados. El cimborrio es una pieza fundamental en una catedral, pues corona y realza el crucero, lugar de singular importancia litúrgica y simbólica.
El cimborrio de la catedral de Santiago muestra dos fases distintas en su construcción: la realizada en la primera mitad del siglo XV, sobre una base cuadrangular que se supone de época románica; y otra posterior, de la segunda mitad del XVII, cuando se eleva para enfatizar su presencia en el paisaje de aproximación a la basílica, se le añade una balconada intermedia y una cúpula con linterna.
Las principales actuaciones realizadas han consistido en recuperar, en el linternón gótico, los parteluces y tímpanos demolidos, a partir de los restos descubiertos bajo los tejadillos que ocultaban sus bases; incluso en las tres ventanas más bajas, cegadas en parte, que carecían de rasgos estilísticos que las identificasen. Así se completa la apariencia original.
La intervención en el interior ha permitido descubrir la clave de bóveda, una pieza de tres toneladas tallada como florón vegetal, mutilada a finales del XIX. Sobre esta bóveda, tras retirar la sobrecubierta de teja, se encontraba su primitiva cubierta pétrea, dispuesta radialmente a partir de la tapa circular sobre esa clave.
Se han restaurado los pináculos de la balconada que presentaban riesgo evidente de caída. La cúpula se ha zunchado en su base para limitar la aparición de nuevas grietas. Se ha repuesto la escalera de acceso a la linterna, completándola con una plataforma de desembarco que permite su mantenimiento y ofrece vistas inéditas sobre la catedral y la ciudad.
En la restauración de la linterna se ha procurado mantener la mayoría de las piezas originales. Sin embargo, debido a los efectos de la erosión, ha sido necesario rehacer una parte de su tambor y entablamento, con la sección resistente apropiada para reabrir sus vanos y asegurar la estabilidad del conjunto. Por ello, el cupulino es de nueva ejecución, con una geometría regular y dovelas de espesor constante; la última hilada moldurada se ha fabricado de una sola pieza para afianzar la base del pináculo.