El avance en la restauración de la peineta de la fachada del Obradoiro está permitiendo ver el resultado de la recuperación de su parte escultórica. En las últimas semanas se terminaban los trabajos de restauración de las esculturas del Apóstol Santiago, los reyes postrados a sus pies, sus discípulos Teodoro y Atanasio, y los ángeles que enmarcan el conjunto. También se está terminando la restauración de las figuras de Santa Susana, San Juan Evangelista, Santiago el Menor y Santa Bárbara, situadas sobre la balaustrada de los estribos, en una parte inferior.
Las esculturas fueron sometidas a una restauración integral, lo que ha permitido devolver en parte se esplendor original, a la vez que se han eliminado los efectos del desgaste y la acción de la lluvia, recuperando elementos que se hallaban deteriorados.
El conjunto de esculturas data de 1746 cuando fueron instaladas en la fachada, obra de los escultores Gregorio Fernández y Antonio Vaamonde. Ambos artistas esculpieron también las efigies de Zebedeo y María Salomé, situadas en la base de las torres de la fachada. También en 1746 el escultor Francisco Fernández Montero tallo las imágenes de los cuatro ángeles que adornan los laterales del baldaquino que aloja la estatua del Apóstol. Como apuntan los historiadores, Juan Antonio García de Bouzas sería el encargado de pintar de blanco estas estatuas, con algunos elementos en dorado, como coronas, bordones y palmas. Todo ello colaboraría a potenciar el culto al Apóstol Santiago, en una obra apoteósica, de gran verticalidad, ideada como una gran arco triunfal de exaltación jacobea.