La capilla del Pilar se empezó a construir a finales del s. XVII, bajo la dirección del maestro de obras Domingo de Andrade. En origen, estaba destinada a ser la nueva sacristía de la catedral pero, una vez iniciadas las obras, el arzobispo Monroy cambiará la intención inicial del Cabildo y ubicará en ella un altar dedicado a la Virgen del Pilar. Andrade fallece antes de rematar su construcción, y será Fernando de Casas el encargado de completar las obras.
En la actualidad, la capilla presentaba importantes problemas de filtraciones de agua a través de sus cubiertas, llegando a formarse charcos en su interior. Las cubiertas habían sido reformadas en el año 1968, sustituyendo la estructura de madera existente por una nueva estructura de tabiques palomeros y forjados de ladrillo y mortero de cemento.
Para solucionar los problemas de filtraciones, la Casa da Fábrica de la Fundación Catedral de Santiago ha acometido la restauración de la cubierta de la capilla. En esta actuación, se han retirado las estructuras de ladrillo y mortero de cemento ejecutadas y se han sustituido por una nueva estructura realizada con madera de castaño, para lo que se ha contado con un convenio de asesoramiento con el CIS Madeira. Sobre esta estructura se ha colocado una nueva cobertura de teja sobre cámara ventilada, resultando una cubierta más ligera y transpirable. Se ha hecho accesible el espacio entre la nueva cubierta y el trasdós de la bóveda de la capilla, lo que permitirá la inspección y mantenimiento de ese espacio interior.
Se ha restaurado la linterna de la capilla, retirando los rejuntados realizados con mortero de cemento y sustituyéndolos por nuevos morteros de cal. También se han restaurado los elementos de cantería y se han renovado las carpinterías, permitiendo la ventilación permanente en la parte alta de la linterna para favorecer la renovación del aire, condición previa para acometer en su momento con garantías ambientales la restauración del interior de la capilla.