La Catedral de Santiago ha decidido convertir el edificio en espacio cardioprotegido, mediante la instalación de un desfibrilador. De este modo, está previsto que en dos semanas se proceda a colocar en el interior de la basílica un desfibrilador portátil semiautomático (DESA), siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo, y en consonancia con la legislación de la Xunta de Galicia. Además, 6 integrantes del personal de la Catedral recibirán clases de formación en reanimación cardiopulmonar y manejo de desfibriladores, como señala el Plan Nacional de Sanidad y Consumo. La creación de este espacio cardioprotegido en la Catedral se enmarca en el desarrollo del Plan de Seguridad de la Catedral, con la pretensión de mejorar el servicio de atención a fieles, visitantes y peregrinos.