La Catedral de Santiago acaba de iniciar el proceso de restauración del órgano, un trabajo que se prolongará durante los próximos meses y que supondrá una inversión por parte de la Fundación Catedral de Santiago de más de 60.000 euros. Con esta restauración se recuperará la sonoridad y la funcionalidad del instrumento, que en la actualidad sufre un importante deterioro debido a su uso prolongado. Este proyecto se enmarca en el proceso global de desarrollo del Plan director, que además de afectar elementos estructurales también se detiene en aspectos relacionados con el desarrollo ordinario de la liturgia catedralicia, de gran importancia en la vida ordinaria de la basílica. En el caso del órgano, el cabildo compostelano le otorga un papel fundamental, por lo que suena todos los días en las misas del Peregrino y 19:30h, además de las principales solemnidades y ofrendas al Apóstol.
El proyecto de restauración será realizado por la empresa italiana Famiglia Vicenzo Mascioni, una compañía especializada en la restauración de órganos tubulares cuyo origen se remonta al año 1829 y que , precisamente, construyó el actual órgano de la Catedral, en 1978. El órgano conservó las cajas barrocas del instrumento, unificando los tubos de ambas con la necesaria tracción eléctrica. La última intervención realizada en el órgano data del año 2005, cuando se dotó al instrumento de nuevos sistemas electrónicos, entre ellos un combinador capaz de almacenar casi 3.000 registraciones.
Restauración
Para acometer la obra de restauración se han instalado en la nave central de la Catedral una importante estructura de andamiaje. Los trabajos previstos se centrarán, por una parte, en la restauración del instrumento musical (el construido por Mascioni en 1978) y, por otra, de las cajas barrocas, que se pueden contemplar desde la nave central. Los primero trabajos incluyen la revisión del órgano y de todas sus secciones y componentes: tubos (labiales y lengüetería); secretos (principales y auxiliares); consola y transmisión (componentes mecánicos, eléctricos y electrónicos); alimentación de aire (fuelles, conductores, motores ); y dispositivos o partes como caja expresiva y elementos de sostenimiento seguro de los tubos, entre otros.
El proyecto de restauración supone la apertura y desmontaje de todo el instrumento para proceder a su limpieza y revisión. En ese momento se verificarán y regularán los movimientos y funciones, sustituyendo las piezas deterioradas para recolocar luego todos los elementos y comprobar su correcto funcionamiento. Una vez realizado este proceso se armonizarán todos los juegos de tubos y se afinarán para obtener un sonido perfecto.
Además, se procederá a realizar una limpieza y un tratamiento antixilófagos en las cajas de madera, de origen barroco.
Historia del órgano
Desde la época del Códice Calixtino la música sacra ha tenido una gran importancia en el ceremonial de la Catedral de Santiago y está documentada la presencia del órgano en el templo desde muy antiguo. La importancia de la música en las celebraciones hizo posible el desarrollo de una Capilla de Música propia, al frente de la cual estuvieron importantes figuras cuyo trabajo enriqueció el patrimonio cultural de la basílica compostelana, como José de Baquedano, Melchor López, Buono Chiodi o Mariano Tafall, entre otros.
Los órganos barrocos de la Catedral cuyas cajas admiramos hoy en día, fueron obras promovidas por el arzobispo Monroy y diseñadas por el arquitecto gallego Domingo de Andrade. Con los órganos se completaba la decoración barroca de la Capilla Mayor, un espacio en honor al Apóstol Santiago. La ejecución de los instrumentos corrió a cargo del organero Manuel de Viña, con la colaboración del ensamblador A. Alfonsín y el escultor Manuel de Romay, a quien se debe la decoración exterior de las cajas, con figuras de ángeles músicos que acompañan de manera simbólica la música que suena en honor al Apóstol.
La caja del lado del evangelio está coronada por la imagen guerrera de Santiago, acompañada por el escudo del Arzobispo Monroy, mientras que la del lado de la epístola presenta a María y al Niño con Santiago peregrino arrodillado ante ellos. La construcción del segundo de los órganos finalizó en 1712, siendo ambos instrumentos objeto de importantes reformas en 1777.
A lo largo del siglo XIX ambos fueron cuidados, entre otros, por Pedro Méndez Mernies y Mariano Tafall, para ser posteriormente reformados por los organeros zaragozanos Roqués, autores de los tubos que, todavía hoy, componen las fachadas. En el siglo XX las reconstrucciones fueron realizadas, primero por Lope Alberdi y años después por la empresa Organería Española, autora en 1947 de la primitiva electrificación que unificaba los dos cuerpos del órgano en una sola consola situada en el triforio de la catedral. En 1977 el cabildo compostelano tomó la decisión de construir un órgano nuevo, aunque conservando las fachadas anteriores, encargando la obra a Mascioni. El instrumento fue inaugurado el 17 de marzo de 1978 por Erich Arndt, entonces organista de la basílica de San Pedro en el Vaticano.