Avanzan los trabajos de restauración en la cabecera y el deambulatorio de la Catedral, dos elementos que conforman un espacio fundamental en una basílica de peregrinación. La intervención, promovida desde la Fundación Catedral de Santiago, al amparo del convenio suscrito entre el Ministerio de Hacienda, la Xunta de Galicia y la propia Fundación Catedral, se desarrollaron a modo de proyecto piloto, afectando a uno de los pilares, situado en la zona norte de la girola, así como a la contra de madera y reja correspondientes.
Con la introducción del barroco, impulsado por el canónigo José Vega y Verdugo, trabaja en la fábrica catedralicia el maestro José Peña de Toro, a quien sucederán en el proyecto Domingo de Andrade y Fernando de Casas. La segunda mitad del siglo XVII se dedica, en buena medida, a forrar, envelar, cubrir la arquitectura románica con columnas, baldaquinos, zócalos marmóreos y contras, para embellecer el espacio que circunda uno de los recintos más sorprendentes y desconocidos, el trasaltar, y el propio deambulatorio, donde se encuentran los accesos al camarín del Abrazo y a la cripta del Sepulcro del Apóstol Santiago.
El gran deterioro de los mármoles, afectados por la suciedad, el desgaste, las sales y el daño en los anclajes, hizo necesario acometer una labor culta, científica, buscando piedras y mármoles para pequeños injertos, supuso el desmontaje de una sección, su numeración y reposición en un pequeño taller que se instaló en el interior del claustro, a efectos de acometer con todas las garantías la intervención en el conjunto. En el proceso interdisciplinar han participado arquitectos, restauradores expertos en el tratamiento del mármol y especialistas relacionados con la restauración de madera y forja de hierro.
La variedad de los materiales, mármol negro calatorao, rojo de Alicante, brecha, rosa coral, gris ruibira y gris claro, da idea del esplendor buscado por los arquitectos que participaron en la renovación de esta parte del templo, a mayor gloria de las reliquias apostólicas. Junto a los mármoles se restauraron las rejas que se sitúan en la parte superior del zócalo y las contras de madera, practicables, que permitían cerrar el perímetro de la capilla mayor.
Tras la evaluación positiva de la intervención, el procedimiento continuará en las secciones contiguas.