La Catedral de Santiago estrecha lazos con la ciudad italiana de Pistoia

El pasado 25 de julio una delegación del Cabildo de la Catedral de Santiago de Compostela se desplazó hasta la ciudad italiana de Pistoia para participar en los actos solemnes de la festividad de San Jacopo (como popularmente se conoce allí al Apóstol Santiago), patrón esta localidad de la Toscana. Este hecho sirvió para marcar un punto de inicio en las relaciones entre ambas ciudades, unidas por el hecho jacobeo desde hace 870 años, cuando el obispo Atón recibió de parte del obispo Gelmírez un fragmento óseo del cuerpo del Apóstol Santiago en Compostela, la más valiosa reliquia que haya salido de la catedral compostelana. Esta reliquia pronto fue objeto de gran veneración en tierras toscanas, y alrededor de ella creció una basílica y una ciudad. La comitiva santiaguesa estuvo formada por el canónigo D. Daniel Lorenzo y por el Archivero D. Francisco Buide del Real, quienes el propio 25 de julio firmaron, junto con el alcalde de la ciudad, Samuele Bertinelli, y el obispo Mons. Fausto Tardelli, un documento por el cual se señala la firme voluntad de continuar profundizando en las históricas relaciones entre ambas ciudades, unidas desde hace siglos por la figura del Apóstol Santiago el Mayor.

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              El pasado 25 de julio no sólo Santiago y Galicia viviron un día de fiesta religiosa y popular. En plena Toscana, la ciudad de Pistoia festejó, continuando una tradición igualmente secular, a «San Jacopo», como popularmente se conoce al apóstol Santiago. Dos representantes de la Catedral y Archidiócesis de Santiago, el canónigo Daniel Lorenzo y el archivista Francisco Buide, acudieron a la invitación que cursaron el obispo, Mons. Fausto Tardelli, y el alcalde, «sindaco» Samuele Bertinelli. Ambos representantes, eclesiástico y político, más allá de las diferencias de perspectiva o signo político (la izquierda del italiano Partido Democrático), miraron «Ultreia», más allá, recordando las palabras del alcalde en el acto civil en el ayuntamiento, donde se evocaron igualmente las palabras de Juan Pablo II en Compostela en 1982: «El camino de Santiago ha creado una vigorosa corriente espiritual y cultural de intercambio entre los pueblos de Europa».

            Este «hermanamiento» de buena voluntad pretende continuar una relación entre Santiago y Pistoia que comenzaba hace más de 870 años, cuando el obispo Atón, de posible origen hispano, con raíces benedictinas reformadoras, recibía de parte del obispo Gelmírez un fragmento óseo del cuerpo del apóstol Santiago en Compostela, la más valiosa reliquia que haya salido de aquí, y entorno a la cual creció una capilla y ciudad que no sólo artísticamente, sino también religiosamente mantuvo encendida la llama de la devoción a Santiago. Dicha reliquia fue la que, a finales del siglo XIX, permitió identificar los restos compostelanos recuperados por A. López Ferreiro como los mismos de los orígenes del culto compostelano.

            La actual fiesta del apóstol toscana, también precedida por tradicionales fuegos artificiales la víspera y manifestaciones populares en trajes folclóricos y un gran ambiente de fiesta, como en Compostela, estuvo centrada en la solemne eucaristía en la mañana del 25, que presidió el nuncio del Papa en Italia. A media tarde tuvo lugar el encuentro en el ayuntamiento entre alcalde, obispo y representantes de Santiago y del pueblo de Pistoia, y a la noche la procesión por toda la ciudad, alrededor de la reliquia del santo, iluminadas calles y plazas con antorchas y acompañada por los representantes, en traje de época, de los cuatro grandes barrios de la ciudad, y por un caluroso (literalmente) y cordial ambiente festivo de toda la ciudad y de los numerosos visitantes.

            Si la presencia de peregrinos toscanos y de toda Italia, es bien conocida por los historiadores desde el siglo XI en adelante, la peculiaridad y profundidad histórica del vínculo de Pistoia con lo jacobeo merece ser puesta en relieve y en escena, siendo este encuentro una buena ocasión. Punto intermedio en la ruta de peregrinos hacia Santiago o hacia Roma, la capilla de la reliquia de Santiago mereció el elogio de Dante, en los siglos en los que toda la Toscana aportaba a la historia de la humanidad una explosión de arte y cultura magníficos, de la mano de la espiritualidad.

            La pintura toscana del XII en adelante suele representar al apóstol «Jacopo», vestido de peregrino, con el bordón, su saquito y la concha. También la presencia de hospitales y hermandades recuerda la toscana medieval peregrina, como la importantísima «Obra de Santiago» («Opera di san Jacopo») en Pistoia, promoviendo no sólo la peregrinación y la acogida, sino también el propio desarrollo de la ciudad, como no sólo la arquitectura y el arte testimonian, sino también los hermosos documentos y archivos donde se ofrece, además, un hilo conductor para nuevos estudios históricos prometedores.

(Francisco Buide del Real, Santiago 31 de julio de 2015)