Esta tarde, el Arzobispo de Santiago, D. Francisco Prieto, presidió en la catedral la liturgia solemne del Corpus Christi. Durante su homilía invitó a comprometerse con los más necesitados: “no podemos ser meros espectadores de estos momentos de crisis acumuladas, sino agentes de una esperanza que sana las heridas de tantas injusticias, necesidades y carencias, testigos de una caridad creativa que denuncia y anuncia, que acompaña y promueve abriendo oportunidades y nuevas puertas a una vida más digna y justa”, a la vez que señaló que «la comunión de Cristo Eucaristía, Pan para la vida del mundo, haga de nuestras vidas creyentes un verdadero pan que se comparte con aquellos que siendo los últimos son los primeros para Dios, con aquellos que tantas veces olvidados por nuestra indiferencia siempre permanecen en el corazón misericordioso del Padre”.
Al finalizar la Eucaristía tuvo lugar la tradicional procesión con el Santísimo en la custodia monumental de la catedral, que finalizó con la bendición en la plaza de Platerías.